No hubo grandes problemas en el trayecto, excepto un frío importante, y si no que se lo digan a Luis, que por todo abrigo llevaba una chaqueta y unos vaqueros,( todavía quedan hombres). Paramos a repostar un poco antes de Arzúa, y si hasta ahí habíamos ido a un ritmo normal, a partir de allí parecía que el último pagaba, porque el ritmo fue un poco exagerado. Después de dejar las motos en el pabellón fuimos a catar un pulpo que pasaba por allí, con un vino de la zona. Enseguida vuelta al pabellón, y a comer. De la comida el que más disfrutó fue Calixto, gran amante de los callos, y hay que reconocer que por el precio, estuvo muy bien. Nos regalaron unos pins, y enseguida de vuelta a subirnos en las burras, para que no se hiciese muy de noche. La vuelta fue a un ritmo bastante alegre, y no paramos más que un momento en Padrón para que nos dejase Alberto, desde ahí continuamos a casa de Benito donde dimos cuenta de unos quesos y algo de "liquido". Acabamos llegando a Cambados , sin tener ni un sólo problema mecánico, pese a que teníamos al Chato y Amancio en el coche escoba pendientes de cualquier contratiempo. En definitiva un día estupendo que esperamos repetir pronto.
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